Este rincón, estratégicamente situado al lado de la cocina, cuenta con una pequeña barra, ideal para disfrutar de la copa y un buen tabaco de sobremesa. Homenaje a don Blas Quintero Zamora, quien hizo esta casa y que

trabajó para ello como jornalero en haciendas de tabaco a finales de 1800 en Cuba y quien además introdujo algunas variedades de tabaco que hoy florecen de forma silvestre en El Lunchón.


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