Una elegante y confortable estancia gracias no sólo a su cuidada decoración, sino a la combinación de piedras volcánicas que asoman de sus paredes y a los dinteles de tea que decoran las puertas;

materiales nobles que contribuyen a la calidez de una habitación que conserva un antiguo bernegal que hoy ilumina de forma indirecta este espacio, también abierto hacia la terraza. El mejor lugar para compartir el atardecer.


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